Pandemia, Cuarentena y Sistema Monetario

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Reflexión inicial

Hoy escribo esto bajo una incertidumbre, incertidumbre que probablemente la mayoría de las personas tengan ahora sobre lo que pasará en los próximos meses y años. Independientemente de su nacionalidad, credo o postura política, la actual pandemia ha afectado a todos.

La enfermedad del COVID-19, ha tenido un impacto directo terrible en todo el planeta, desde la peligrosidad de su infección, haciendo colapsar el sistema sanitario de muchos países, como también la muerte de muchas personas, principalmente aquellas en población riesgo.

Las medidas mayormente adoptadas por los diferentes gobiernos para hacer frente a la pandemia van desde el aislamiento social obligatorio, diferentes tipos de cuarentena, cierre parcial de establecimientos, cierre de fronteras y aduanas, entre otras. Medidas que tienen un costo en la salud física y emocional de la gente, así como en las propias economías de cada región. Con esto, la pandemia expone problemas sociales que parecía que estaban ocultos, y que son inherentes en nuestra sociedad.

La mayoría de nosotros nos preguntamos qué devendrá de esta situación. Los primeros pensamientos y preocupaciones que sospecho que surgen son:

¿Cuál será la nueva normalidad? ¿Podré generar ingresos suficientes para mantenerme a mí y a mi familia? Mis planes de carrera, mis proyectos de vida, mis relaciones amorosas y sociales… ¿dónde quedan con todo esto?

Son preguntas sensatas que me hago también, pero este artículo no es simplemente una reflexión sobre lo que sentimos a nivel personal; es una reflexión para exponer las fallas tremendas de nuestro sistema económico y valores obsoletos que sostenemos, que nos urge cambiar lo más pronto posible. Fallas que hemos venido avisando desde el Movimiento Zeitgeist desde hace más de una década.

Estos son problemas sociales que nos afectan en lo personal. No podemos simplemente ignorarlos esperando que alguien venga y los solucione mágicamente. Mientras más gente sea consciente de los problemas, más probablemente podamos encontrar soluciones. Debemos ser agentes de cambio. Si te preocupa tu futuro y el de tu familia, nos urge entender nuestra relación con las instituciones, sociedad civil, medioambiente y coterráneos de nuestra única nave espacial.

Tocaré 3 puntos mayormente:

Nuestra actividad en los ecosistemas y el origen de pandemia, la cuarentena estricta y su relación con el mecanismo de consumo cíclico, Ciencia Abierta vs. Ciencia Cerrada.

Origen de la Pandemia:

Los virus -los hay en prácticamente todos los ecosistemas existentes- son la forma biológica más abundante del planeta: se conocen más de cinco mil tipos desde el descubrimiento de su existencia en 1899, y se cree que podría haber millones de tipos. Son tan abundantes, que si los pusiéramos uno a uno en línea recta, tendríamos una longitud de decenas de millones de años luz.

Sin embargo los virus necesitan de algo “vivo” para replicarse. Plantas, hongos, animales, cada especie en la tierra, es un hogar para todo un universo de los diferentes tipos de virus. Se ha descubierto que los virus saltan entre diferentes animales (incluyéndonos). Están saltando cada vez más a nosotros, haciéndonos enfermar. Ustedes se preguntarán ¿Por qué pasa esto?

La respuesta a esto, nos enseña algo importante sobre nuestro lugar en la naturaleza.

El ser humano y sus acciones sobre el medioambiente favorecen a que estos virus desconocidos, entren en contacto con las sociedades.

No es que los virus como el SARS-CoV-2 nos busquen a nosotros, como si hubieran sido programados para hacernos daño o tuvieran ese propósito; sino que nuestras actividades dentro de nuestro planeta favorecen a que nosotros los atrapemos con mucha más facilidad. En la naturaleza no existe tal cosa como «propósito» (para ahondar sobre este tema recomiendo encarecidamente el libro The Evolution of purpose and the purpose of evolution del proyecto TROM).

Según un informe reciente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), nuestras actividades en contra de los ecosistemas, son un «boomerang» que se vuelve contra la salud global. Así, la expansión del COVID-19 se debe, según las primeras publicaciones, a un proceso de zoonosis que, tanto puede tener su origen en los mercados de especies exóticas, o en las actividades de deforestación y construcción de infraestructuras en territorios boscosos.

En 2012, David Quammen, escribió el libro “Spillover: Animal infections and the next human pandemic” tal como predijo en este libro, asesorado por varios científicos epidemiólogos y estudiosos de salud pública, sobre el origen de la actual pandemia. Predice lo que estamos viviendo, donde un virus que pertenecía a un murciélago, mutó, pasó a una especie intermedia (probablemente el pangolín) y luego a los humanos, o tal vez no pasó a una intermedia, ya que esto no necesariamente es indispensable.

Según David Quammen, entre 60 y 70% de las enfermedades infecciosas humanas vienen de un proceso de zoonosis. No son nada nuevo ¿Cómo pasa esto?:

Los animales en su vida salvaje están en contacto constante infectándose con virus, pero esos animales no siempre se enferman, porque si un virus es muy mortal se queda sin anfitriones; pero cuando pasa lo contrario y no es tan mortal, empieza a infectar más y más, y de esa manera crea en esa especie un nuevo hospedero.

Los virus constantemente están encontrándose con nuevos hospederos en otras especies, y la facilidad con la que mutan aumenta la probabilidad de que tomen una forma infecciosa, pero la mayoría de veces fallan, porque las especies son muy diferentes. Por ejemplo, un virus respiratorio de un pez es casi imposible que se adapte al sistema respiratorio del humano, porque son muy diferentes.

Y mientras los hospederos estén más cerca en el árbol de la evolución, menor número de mutaciones necesita el virus para poder infectar. Por eso, si por ejemplo un chimpancé tiene un virus, no necesita demasiadas mutaciones para que el virus sea exitoso y salte a la especie humana.

Pero las mutaciones no son lo último en la cadena de preparación de una pandemia, ya que la siguiente es el contacto.

«Simplificamos los ecosistemas, reducimos el número de especies y perdemos biodiversidad. Esto hace que desaparezcan especies intermedias que actúan como barrera, favoreciendo que estemos en contacto con otras especies con las que nunca teníamos contacto y, por lo tanto, más expuestos» afirma Fernando Valladares, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Los virus se mueven siempre constantemente, entre animales salvajes, y no es que ellos quieran saltar a nosotros, sino que simplemente gracias a nuestras actividades les presentamos una gran oportunidad a ellos. La especie humana está en más lugares del planeta e interactúa con más especies salvajes que cualquier otra, al destruir esos lugares salvajes o traer esas especies más cerca de nosotros.

Nuestra búsqueda de lucro en un sistema socioeconómico en el cual todo puede ser considerado un producto comercial -incluyendo a los ecosistemas-, es sin lugar a dudas, un condicionante a tener en cuenta a la hora entender la razón por la que este tipo de pandemias se propagan con cada vez mayor periodicidad.

“La perturbación de los bosques prístinos impulsada por la tala, la minería, la construcción de carreteras a través de lugares remotos, la rápida urbanización y el crecimiento demográfico está llevando a la gente a un contacto más estrecho con especies animales que tal vez nunca antes habían estado cerca.»,  Kate Jones, catedrática de ecología y biodiversidad de la UCL

El antropocentrismo que nos hace ver a nosotros como el centro de las cosas, y que la naturaleza esta unicamente a nuestro servicio, es una tendencia de pensar que estamos fuera de ella, como si hubiera un mundo solo de los humanos y otro mundo de la vida natural; no es así, es el mismo mundo.

Cuarentena y Consumo Cíclico

Debido al nivel de peligrosidad e infecciosidad del virus, la medida de mitigación para impedir que se propagara más y de esa manera evitar el colapso de los sistemas sanitarios, ha sido el confinamiento obligatorio.

Los gobiernos nacionales y regionales ordenaron el cierre de establecimientos no esenciales, y que los ciudadanos permanezcan en sus hogares, saliendo únicamente para trabajar -si estuviese exceptuado- o para adquirir necesidades básicas (alimentos, medicinas, etc.), afectando en parte la salud mental e inclusive física.

La cuarentena ha afectado a más de la mitad de la población mundial, y ha provocado que muchas industrias, fábricas y empresas de todo tipo reduzcan su actividad habitual, trabajen en condiciones restringidas; e incluso cesen temporal o definitivamente sus actividades, especialmente en establecimientos no esenciales como: restaurantes, bares, centros educativos, centros comerciales, cines, negocios minoristas y toda actividad o evento que implique aglomeraciones; causando por ende un gran impacto socioeconómico en gran parte del mundo.

Ahora, ¿Por qué si consumimos sólo lo esencial, se produce un desastre? Porque toda nuestra economía depende enteramente de que estemos constantemente comprando y vendiendo cosas.

En nuestro sistema económico podemos resumir que tenemos tres roles: El Empleado, El Consumidor, El Empleador (o Propietario/Productor)

El empleado desempeña tareas para el empleador a cambio de un «sueldo» o pago monetario, mientras que el empleador vende un bien o servicio al consumidor por una «ganancia» -otra clasificación de pago monetario-. Sucesivamente, tanto el empleador como el empleado funcionan como consumidores, ya que los pagos monetarios («sueldos» y «ganancias») que obtienen, son usados para comprar bienes y servicios relevantes a su supervivencia. El acto de comprar bienes y servicios, el cual es el papel del consumidor, es lo que permite al empleador obtener su «ganancia», a la vez que permite también el pago del «sueldo» del empleado.

Si los seres humanos no están constantemente comprando, las compañías no podrán vender, con lo cual no obtendrán ganancias, no podrán pagarles sus salarios a los empleados, y éstos a su vez no podrán adquirir los bienes esenciales en el mercado, no pudiendo así ingresar su dinero para tratar de perpetuar el ciclo de consumo.

De hecho nuestros índices, que supuestamente sirven para medir nuestro progreso social, como el crecimiento económico y Producto Bruto Interno, se basan en esto, en gente comprando y vendiendo perpetuamente, una y otra vez.

La medida de confinamiento obligatorio expone y evidencia este mecanismo tan frágil, donde miles de industrias están cerrando, miles de personas se están quedando sin empleo, y miles de recursos y comida son desperdiciados, tan sólo por haber detenido los ciclos o cadenas de consumo.

Obviamente la necesidad de consumo cíclico trae 2 cosas problemáticas, un montón de desperdicio de recursos debido a la obsolescencia programada, y también un montón de contaminación. Es algo que con el estado actual de la tecnología deberíamos de tomarlo como completamente inaceptable.

Entendamos esto de nuevo, sin consumo cíclico el sistema económico colapsará.

Ciencia abierta-colaborativa vs Ciencia cerrada-competitiva

En 2011 Federico Pistono dio una charla sobre cómo se da el progreso social a través de la colaboración y el “open source” (código abierto).

Da varios ejemplos: desde el nacimiento de proyectos de Software Libre y Abierto como GNU/Linux, Mozilla Firefox; cultura abierta como Creative Commons y Wikipedia; hasta el Hardware libre y el Open Source Ecology. En especial da un ejemplo en la medicina; específicamente en la investigación médica de fármacos: la Investigación de código abierto de Jay Bradner.

Jay Bradner, médico oncólogo, fundó su propio centro de investigación para tratar de encontrar una cura a la enfermedad cancerígena y rara que tenía su padre, debido a que nadie invertía en esa investigación. Al ser una enfermedad tan rara, no había suficientes potenciales pacientes (o clientes) para generar un gran incentivo desde el punto de vista comercial y lucrativo.

El funcionamiento por lo general de las farmacéuticas es mantener el secreto industrial antes de patentar. Desarrollan por años internamente con los recursos que tienen y después eventualmente registran las patentes farmacéuticas, cobrando por ellas durante un buen tiempo hasta que expiran.

En general a las grandes farmacéuticas no les interesa la existencia de productos genéricos: la fabricación y venta de medicamentos patentados les resulta mucho más rentable. Va relacionado al otro mecanismo de nuestro sistema económico obsoleto: la necesidad de lucro. Todos los participantes en el juego deben, para sobrevivir, buscar una estrategia para obtener ganancias.

Continuando con Jay Bradner, en su centro de investigación desarrollaron una molécula de propiedades muy interesantes, llamada JQ1. Esta molécula tiene la capacidad de reducir el avance del cáncer en ratones. Bradner creía fervientemente que esta podía ayudar al tratamiento del cáncer de su padre.

Entonces, llegado a ese punto, hizo todo lo contrario a lo que haría una farmacéutica: liberó su investigación.

“Publicamos un artículo científico describiendo este descubrimiento en el estadio más temprano del prototipo. Difundimos públicamente la fórmula química de esta molécula, típicamente un secreto en nuestra disciplina. Dijimos exactamente cómo producirla. Les dimos nuestra dirección de correo, sugiriendo que, si nos escribían, les enviaríamos una muestra gratuita de la molécula. Básicamente intentamos crear un entorno hipercompetitivo en torno a nuestro laboratorio.”, describió Bradner.

Básicamente hizo todo lo contrario a la lógica industrial competitiva de nuestro sistema de mercado, obviamente, sus razones eran por el bien de su papá. No le importaba el dinero, eso era lo de menos.

En pocos meses su investigación fue recolectada por más de 40 laboratorios en los Estados Unidos y 30 en Europa, varios de esos laboratorios devolvieron resultados de investigaciones ampliadas a la de Bradner, y lo hicieron de manera pública, sorprendiendo de amplia manera a Bradner, ya que de manera individual jamás hubieran tenido semejante progreso científico en tan poco tiempo.

Jay Bradner comentaba “Esta información es normalmente secreta. Y lo que buscamos realmente es aprender del increíble éxito de la industria de la informática dos principios: el de código abierto y el de trabajo colaborativo”.

Existen varios miles de casos donde salvamos más vidas y mejoramos la sociedad siendo colaborativos y abiertos, en áreas de interés social, que competitivos y cerrados.

Si queremos desarrollar una vacuna y medicamentos lo más pronto posible para evitar que el virus infecte a más personas o arrebate la vida de más personas, necesitamos cambiar la manera en la que hacemos ciencia. Tanto en implementar estándares y políticas de acceso abierto como buscar financiación pública para evitar la necesidad del lucro.

Esto no es algo que en el Movimiento Zeitgeist nos estemos inventando, múltiples organizaciones vienen defendiendo la ciencia abierta, donde reclaman la necesidad de que la investigación científica (incluidas las publicaciones, los datos, las muestras físicas y el software) y su difusión sean accesibles a todos los niveles de una sociedad -sean investigadores, aficionados o profesionales-.

Además no tiene sentido, tal como señala Michael Eisen: «Muchas de las investigaciones financiadas por impuestos de los contribuyentes terminan publicándose en revistas, donde debes pagar para ver esas publicaciones. Sólo para leer los resultados».

Toda la cadena de la ciencia debe ser abierta y colaborativa, no sólo una parte.

El movimiento por la ciencia abierta lo expresa correctamente abogando por 6 principios:

Desde el Movimiento Zeitgeist, creemos que estas trabas son síntomas tanto de nuestro sistema basado en el lucro, como falta del conocimiento y potencial del trabajo abierto-colaborativo, valores obsoletos y cerrados impiden una educación relevante sobre la necesidad de la situación a la que nos enfrentamos.

Para ya cerrar con este punto, por el momento hay varios logros que se han obtenido gracias a que ciertas investigaciones con respecto al COVID-19, han sido de manera abierta. Sin embargo quedan muchos retos por resolver.

Pensar y Actuar Sistémicamente

Gregory Bateson cibernetista, antropólogo y científico social, en su libro «Pasos hacia una ecología de la mente» decía:

«…el cuerpo humano vivo es un sistema complejo, cibernéticamente integrado. Este sistema ha sido estudiado por científicos, -en su mayoría médicos- durante muchos años. Lo que ahora saben sobre el cuerpo puede compararse acertadamente con lo que la conciencia sin ayuda sabe sobre la mente. Siendo médicos, tenían propósitos: curar esto y aquello. Por lo tanto, sus esfuerzos de investigación se centraron (a medida que la atención se centra en la conciencia) en esos breves trenes de causalidad que podían manipular, por medio de drogas u otra intervención, para corregir estados o síntomas más o menos específicos e identificables. Siempre que descubrían una «cura» eficaz para algo, las investigaciones en esa esfera cesaban y la atención se dirigía a otra parte. Ahora podemos prevenir la poliomielitis, pero nadie sabe mucho más sobre los aspectos sistémicos de esa fascinante enfermedad. La investigación sobre ella ha cesado o, en el mejor de los casos, se limita a mejorar las vacunas.

Pero una bolsa de trucos para curar o prevenir una lista de enfermedades específicas no proporciona una sabiduría general. La ecología y la dinámica de la población de la especie se ha visto alterada; los parásitos se han hecho inmunes a los antibióticos; la relación entre la madre y el recién nacido ha sido casi destruida; y así sucesivamente.

Característicamente, los errores se producen cuando la cadena causal alterada es parte de una estructura grande o pequeña de un sistema. Y el resto de nuestra tecnología (de la cual la ciencia médica es solo una parte) hace lo posible por perturbar el resto de nuestra ecología.»

Esto es parte de lo que debemos entender, debemos pensar sistémicamente, cómo los sistemas dentro de los sistemas interactúan y cuál es el resultado de esta interacción. Nuestros problemas son cada vez más complejos, y para ello necesitamos –en gran medida- un cambio de paradigma científico, dejando atrás el mecanicismo y abordando más hacia el sistémico. Por suerte ya se está viendo en la academia, desde hace tiempo, desde el nacimiento de la cibernética, la investigación operativa, la teoría de sistemas, la eclosión del pensamiento complejo. Poco a poco el paradigma mecanicista se convierte en una camisa de fuerza para resolver los problemas actuales.

Las partes dentro de un sistema (o sistemas dentro del sistema) están luchando entre sí porque el foco del sistema más grande es la propiedad, la riqueza y el poder. Cualquier cosa que interfiera con esto se realinea, se ignora o se elimina de la ecuación.

En un sistema de escasez artificial que genera una mentalidad de acaparamiento, retención y privación de recursos (incluida la información valiosa), alimentado además por una alta desigualdad (donde el 1% posee más del 80% de la riqueza) que por definición genera un bajo capital social (poca confianza, cooperación y reciprocidad), es decir, una sociedad altamente individualista ¿Cómo podemos abordar esto de manera conjunta?

Cuanto más desiguales son los ingresos en una sociedad, más pronunciadas serán las desventajas del gasto público para los miembros más ricos, y más recursos tendrán esos miembros a su disposición para desarrollar una oposición política eficaz a la compartición equitativa de recursos.

¿Cómo podemos comenzar a enfrentar las amenazas mundiales si estamos divididos por fronteras imaginarias, valores artificiales, desigualdades enormes, casi nula compartición de recursos e intereses de parte de aquellos que a través del poder económico condicionan todo lo demás en orden de mantener las cosas tal cual?

Conclusiones

La verdad, hay mucho más que quisiera decir con más detalle, pero probablemente cada tema necesite un artículo aparte. Ahora se me vienen a la mente: cómo la falta de educación relevante a la población y la carencia de confianza en las instituciones causa creencias en las teorías de conspiración, movimientos anti-cuarentena, anti-vacunas o anti-mascarilla. También, ampliar un poco más sobre la falta de pensamiento y acción sistémica e integral en la resolución de problemas (me doy cuenta que lo explique de manera muy somera); sobre cómo nuestros incentivos y reforzamientos cortoplacistas alimentados principalmente por nuestro sistema económico nos causan sufrimiento innecesario y nos lleva al colapso social; y sobre cómo el bienestar de los ecosistemas y de los demás seres vivos nos beneficia a todos en conjunto. En fin, creo que daría para una segunda parte.

Para resumir:

  • Si seguimos tratando a los ecosistemas y a la biodiversidad como lo estamos haciendo (destruyéndolos), los científicos afirman que es seguro que más de estas pandemias seguirán surgiendo.
  • El mecanismo de consumo perpetuo se ha roto debido al confinamiento y al cierre de actividades llamadas no esenciales. Debido a esto la ya crisis de nuestro sistema actual empeorará.
  • La historia ha mostrado que la prioridad del lucro es realmente una enfermedad que no sólo está envenenando nuestro bienestar personal/social y estándares de vida, sino que también nuestro medio ambiente, del cual dependemos para, virtualmente, todo lo que necesitamos como especie.
  • La creación de contenido científico ligado a la burbuja del comercio, se ve completamente limitada. No podemos afrontar estos retos tan trascendentales si seguimos con prácticas tan obsoletas como las investigaciones cerradas por afán de lucro. Necesitamos ahora y más que nunca una ciencia abierta y colaborativa, donde instituciones, universidades, estados, comunidades, profesionales y aficionados, colaboren mutuamente.
  • “Si vivimos para nosotros mismos, moriríamos a causa de nosotros mismos”, decía Jacque Fresco. No podemos simplemente cada uno de nosotros aislarse en su país, en nuestra pequeña colonia, casa o incluso aldea comunitaria. Si no hay visiones globales, no habrán soluciones globales. Nuestra civilización (si es que podemos llamarla así) nos está fallando. Cada nación/estado y corporaciones actúan bajo sus propios intereses, en ocasiones en contra del bienestar de la mayoría. Nos urge cambiar esto y vernos como una sola especie que necesita trabajar en conjunto. Debe ser global.
  • Hay medidas necesarias para evitar que pandemias similares se repitan, tales como realizar un seguimiento de los coronavirus que infectan a otros mamíferos, y acabar con el tráfico y venta de vida silvestre. Claro que esto último no será posible dentro de un sistema basado en el lucro.

Por ahora, y desde lo personal en lo inmediato, lo que la gente puede hacer es tomar medidas preventivas para mitigar una posible infección. Sugiero encarecidamente que sigan las recomendaciones de los profesionales de la salud.

Como punto final, es mucho más fácil detectar un peligro como individuos, cuando es advertido por nuestros sentidos. Por ejemplo, si ves un auto que está por embestir a otra persona, tan sólo debes gritar y ya. Es muy distinto cuando son problemas complejos y abstractos, como los mencionados en esta publicación. La advertencia no es sólo a alzar la voz; implica estudiar, profundizar, interiorizar y advertir a otros a que hagamos lo mismo.

Si queremos ver un mundo que actúe al unísono contra una amenaza común, debemos transformar el enfoque de lucro, poder y riqueza, en un enfoque de cuidar de la Tierra y de todos los que están en ella.

Fuentes:

3 pensamientos sobre “Pandemia, Cuarentena y Sistema Monetario”

  1. independiente libre Alai

    Muy buenos comentarios. El problema principal es que estamos identificados con el vehículo del ego-persona-yo que es simplemente un instrumento para funcionar por este mundo. Cuando lo que realmente somos es lo que habita y aviva este vehículo. Es algo NO NACIDO y por tanto inmutable, imperecedero y atemporal.
    DESPERTAR a este Realidad es la solución y evitaremos la pobreza y limitación en la que vivimos como un rebaño de corderillos manejados por el miedo, el temor y la ignorancia manipulada por una élite de la cúpula del poder, avaricia y control de la población.
    Al menos pasemos de lo personal a las capacidades innatas Transpersonales para un mejor funcionamiento en esta Matrix-Maya.

  2. Pamela Paola Contreras Bardales

    Muy interesante el enfoque. Bueno someramente puedo mencionar que gran parte del cuidado que las personas deben de dar a la naturaleza, yace en la educación, educación que nace de un estado y de una familia, está en el comportamiento humano el mejorar ese objetivo y no seguir ofendiendo a la naturaleza y por ende cuidarla.
    Me encanto el artículo!

  3. Un tema muy interesante y cada vez más imperioso de dar con la solución. Los problemas son evidentes y cada vez más acuciantes. El gran problema son los impedimentos para salir del atolladero en que estamos. Porque el poder está concentrado como nunca. Porque hay toda una franja de la población que tiene miedo de perder una posición medianamente cómoda y teme sacar los pies del plato. Porque hay una enorme franja que tiene muy poco y aspira a salir adelante sin tener posibilidades de ponerse a pensar, de detenerse y arriesgarse a algo que ni siquiera se vislumbra. Y todavía hay otra franja que está dispuesta a hacer lo que lo que el poder concentrado le mande hacer, sea con bombas, balas o gases lacrimógenos y los palitos de romper cabezas.
    Esto no se arregla con más educación. Nunca la población mundial tuvo un nivel más alto de educación que ahora. El mundo está aparentemente en un callejón sin salida. La pandemia encendió las alertas, pero la pandemia pasará. Probablemente la última esperanza provenga del lado de los científicos y de lo que estos pueden influenciar sobre los poderes políticos.

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